El mes de agosto ha sido luminoso y ardiente, como corresponde a estas fechas. Las monjas hemos seguido siendo fieles a nuestras promesas de estabilidad en el lugar; pero el lugar ha sido muy visitado, casi diría que algo más que otros años. Han pasado peregrinaciones de Logroño y Valencia, que han honrado a Santa María de la Caridad, y otros muchos grupitos que han visitado el museo y todo el conjunto artístico.
Agosto es el mes que más visitas de los alrededores vienen por aquí: ¡son las FIESTAS!: Entre la Asunción y San Bernardo no cesan los cohetes, la música, las procesiones, los bailes y actividades lúdicas. Pero sobre todo no cesan las visitas a “LA VIRGEN DE LA CAMA”. Es la patrona del pueblo, querida y admirada por los del lugar y por el entorno. Unos días antes de la Asunción la colocamos en la capilla lateral, a la vista de todos; hasta el día 22 en que es escoltada solemnemente y despedida por todos los fervientes admiradores. Vuelve al museo donde sigue bien protegida y respetada y cercana a todos.
Las fiestas de Tulebras son sencillas, alegres, muy bonitas; con el peso específico de la tradición señera y toda la ambientación y las posibilidades lúdicas de lo nuevo. Los que pasan por aquí quedan enganchados…
Para la Eucaristía del día 20, San BERNARDO, todos nos movilizamos, se organizan procesiones, sencillas, pero muy solemnes. Cuando suena un fuerte cohete, a las 12 del mediodía, nos ponemos en marcha: desde el ayuntamiento, acompañados por banda musical, salen las autoridades del pueblo a los que acompañan un número considerable de invitados de los municipios vecinos: alcaldes, concejales, delegados de gobierno, guardia civil y otras autoridades. Al mismo tiempo salen de la sala capitular del monasterio el grupo de celebrantes y la comunidad: este año preside la eucaristía del Juan Antonio Aznárez, nuestro obispo auxiliar, al que acompañan una veintena de curas de los pueblos vecinos y un diácono. Con emoción y respeto le cantamos a nuestro San Bernardo: “La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho. Porque lleva en el corazón la ley de su Dios. El justo brilla en las tinieblas como una luz…” Cantamos la misa “de angelis” que todavía son muchos los que la saben cantar, sobre todo los curas.
Después sale la procesión a la calle y la carretera… llevando en andas a la Virgen de la Cama y a San Bernardo que va recubierto de albahaca; la cual será una delicia verla repartida en ramitos para todos los asistentes, cuando se vuelve al templo y se besa la reliquia del santo.
Recuerdo una cita sobre “la fiesta” del ámbito de María Corral, que me parece apropiada: «En las fiestas, sanas, humanizantes y bien organizadas, se saborean de antemano unos estadios adelantados y maduros de la sociedad. Es como vivir un atisbo del futuro con anticipación. En ellas, aunque sea por breve tiempo, se viven ya aquellas metas de intercomunicación personal, de igualdad, fraternidad, solidaridad, de alegría, etc., a las que se ansía llegar. Al vivirse en ellas, en pequeño, el modelo de humanidad que se desea alcanzar, las buenas fiestas orientan los esfuerzos sociales y, a la vez, fundamentan la certeza y esperanza de que esos objetivos pregustados no son vanas utopías, sino que pueden alcanzarse». Y voy a terminar como hacen en el pueblo en las fiestas: ¡ Viva San Bernardo, viva Tulebras!